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florperezglez

YA LO VES

 

Ya lo ves,

 

Sigo viviendo todavía en el sol de la tarde,

 

En la brisa cuando vuela el Halcón.

 

En la lluvia del pasado,

 

En el cuerpo triste,

 

Envuelto en el sudario.

 

En las venas destrozadas en un grito de espinas,

 

En el dolor continuo de tu voz.

 

En los pianos de manantiales,

 

En los chopos y los castaños,

 

En el corazón y la garganta.

 

En el campo blanco,

 

En la luz que se extingue,

 

En la sangre dolorida.

 

Y me quedé viviendo en moldes de cobre,

 

Oliendo tu nombre,

 

Para criar espíritus eternos,

 

Para que trepen al anochecer.

 

Sin arrogancias,

 

Sin triunfos personales.

 

Ya lo ves,

 

Sigo viviendo.

 

Pero me faltó tiempo,

 

Para borrar las fechas que hoy acontecen,

 

En los almanaques amarillentos.

 


YA NO ESTÁN

 

Ya no están,

 

Todos se fueron.

 

Uno por uno,

 

Fueron abandonando,

 

Todo lo que creían cierto.

 

Me quedé en la puerta mirando,

 

Creyendo y no creyendo.

 

La rabia marchó primero,

 

A quien la acompañó,

 

La venganza y la ira,

 

El odio y el desamor,

 

La ignorancia y la guerra.

 

También se fue la maldad,

 

La mentira y la soberbia.

 

Y yo quedaba mirando,

 

Cada vez más sorprendida.

 

Sabiendo como tú eras,

 

Y las vueltas que da la vida.

 
 

ME OLVIDÉ DE VIVIR

 

Fuiste tan importante para mí,

 

Que olvidé vivir mi vida.

 

Así lo hice,

 

Y aunque no estoy arrepentida.

 

Ese espacio de tiempo que te ofrecí,

 

Jamás se lo daré a nadie,

 

Lo dejaré para mí.

 

Me olvidé cual era mi meta,

 

Y mi razón de vivir.

 

Mis aficiones se fueron,

 

Y mis ganas de reír.

 

Poco a poco fui perdiendo,

 

Con todo lo que llegué.

 

La fortaleza se la llevo el viento,

 

Y todo pasó con el tiempo,

 

Y al final me destruí.

 

Como una casa vieja,

 

Como algo inservible,

 

Así me fui.

 

Me olvidé vivir mi vida,

 

Por entregártela a ti.

 

AHORA QUE TE HE PERDIDO

  

Ya lo sé,

 

En el momento en el que te he perdido,

 

Todo se ha quedado inmóvil.

 

Ya no corretean los niños

 

Por la plazuela,

 

Ni hay un café inexistente.

 

Desde que te he perdido,

 

Perdió el cielo las estrellas

 

Que miraban nuestros ojos.

 

Y la luna se escondió,

 

Para no adornar el firmamento nocturno.

 

Ahora que te perdí,

 

No voltea el mar sus olas,

 

Ni pasea la gente por su orilla.

 

Las palmeras no son azotadas por el viento.

 

Ahora que te he perdido,

 

Vago como un vagabundo por las calles,

 

Mirando letreros sin rumbo.

 

Andando descalza por cristales rotos.

 

El dolor es más suave que el que lleva el corazón.

 

Arrastro cadenas como un preso,

 

Pesados eslabones de esta vida.

 

Ahora que ya te perdí,

 

No tengo nada que pueda alegrarme.

 

No tengo sonrisas,

 

Tampoco tengo palabras.

 

Ahora que te he perdido,

 

Nada es igual que antes.

 
 

AUNQUE TODO ESTÉ PERDIDO

  

Aunque todo esté perdido,

 

Y ya no haya espinas en la copa de los pinos.

 

Ni hoja blanca,

 

Ni verde olivo.

 

Pasa lento por el camino,

 

El silencio que inunda mi camino.

 

Hoy casi muerto,

 

En las arenas que conducen al estío.

 

No vuelvo la vista,

 

Para no ver más.

 

El adiós que nunca merecí,

 

El que nunca te di.

 

El que en silencio,

 

Quedó en mi boca.

 

Aunque todo esté perdido,

 

Y no tenga el corazón encendido.

 

A la luz de una taberna,

 

Como mandó el destino.

 

Tengo en mis manos las olas,

 

Del campo de aguas bravas.

 

Esas que nunca tuve,

 

Pero me las imaginaba.

 

DESPUÉS DE HABER VIVIDO

 

Volví a la casa,

 

Después de haber vivido.

 

No encontré nada,

 

Ni papeles ni sentidos.

 

Sólo encontré en sus paredes,

 

Frío, mucho frío.

 

Telarañas en el techo,

 

Y las luces apagadas.

 

No podía ser posible,

 

Que yo no encontrara nada.

 

Todo estaba vacío.

 

Las palabras ya no estaban,

 

Ni el hogar encendido.

 

Ya nadie me esperaba,

 

Como lo hacían en domingo.

 

Todo estaba cambiado,

 

No éramos los mismos.

 

Desde que marché de la casa,

 

Con aquellos cinco libros.

 

Hoy he vuelto de nuevo,

 

Después de haber vivido.

 

DISTANCIA-SILENCIO

 

Distancia, silencio.

 

Silencio, distancia.

 

Olor a muertos,

 

Ese que nos llega más allá del sentimiento.

 

Que nos pudre las entrañas,

 

Y nos quema por momentos.

 

Ese que duele tanto,

 

Sin palabras ni lamentos.

 

Que atraviesa mares,

 

Y navega contra el viento.

 

Que no tiene forma,

 

Ni mide espacio y tiempo.

 

Que se va y luego vuelve,

 

Sin sentido ni respeto.

 

Que danza en la soledad,

 

Aunque haya contratiempos.

 

Vete distancia,

 

Vete silencio.

 

Que no quiero seguir,

 

Oliendo a muertos.

 

NUNCA LEERAS MI TRISTEZA

 

Sé que nunca leerás esta tristeza,

 

Ésta que recorre mi alma.

 

Mis papeles y mis letras.

 

Pero son para ti dirigidas,

 

Aunque pase sin sentido por esta tierra.

 

Te quería.

 

Por eso lo siento,

 

Por eso lo lloro,

 

Por eso mi alma no se contenta.

 

Porque te perdí sin sentido,

 

Porque te marchaste sin respuesta.

 

Y ahora, en silencio, digo,

 

Mientras estoy detrás de la puerta:

 

“¿Por qué la dejaría aquel día abierta?”


Ahora que, sin vivir, ya no vivo,

 

Con ésta loca tristeza.